Los masajes eróticos en pareja son un preliminar perfecto para conseguir que tus relaciones sexuales sean más satisfactorias y divertidas. De hecho, una de las quejas más frecuentes en las relaciones es el poco tiempo que se dedica a las caricias y a los juegos previos, por lo que aprender a hacer masajes eróticos a tu pareja puede ser clave para evitar que vuestros encuentros sexuales sean monótonos y aburridos. Comienza por elegir una música adecuada que cree un ambiente más íntimo y sensual y ponte manos a la obra. ¡No te arrepentirás!
Una vez que hayas creado el ambiente idóneo bajando la intensidad de la luz, buscando una temperatura agradable, poniendo una música sexy, deberás tener a mano aceites y cremas. Calienta tus manos y escoge la zona por la que quieras comenzar tu masaje. A continuación te detallamos los diferentes masajes eróticos que existen:
1. Masajes eróticos en la cabeza
Lo primero que debe hacer tu pareja es tumbarse de espaldas, con la cabeza apoyada sobre un cojín. En tu caso, colócate de rodillas detrás de él y comienza por la frente, haciendo un suave recorrido con tus dedos desde la nariz y ve hasta el nacimiento del cabello, alternando mano derecha e izquierda. Repite este movimiento unas 12 veces, variando la intensidad de la presión en función de los deseos de tu compañero. Para terminar, pon las palmas de las manos sobre sus sienes y mantén la posición durante dos minutos.
Las caricias que realizas en este tipo de masaje estimulan el centro energético situado detrás de la frente, lo que llamamos el "tercer ojo". De esta manera conseguirás que se relajen las tensiones, que desaparezca el estrés y un profundo sentimiento de bienestar.
El mejor momento para hacer masajes eróticos en la cabeza es a primera hora de la tarde. Se recomienda hacerlo de una forma muy bien suave, ya que será el preámbulo ideal para otro tipo de masajes con mayor carga erótica. Aunque no tengas ninguna experiencia, este masaje es fácil de realizar, además de rápido, y te permitirá familiarizarte con el contacto físico mutuo.
Una de las cosas que debes de tener en cuenta es que la oreja es una zona ultra sensible y altamente erógena y, una vez estimulada, envía un impulso eléctrico directamente a la tripa. Aprovecha y hazle cosquillas con la lengua o con tu aliento. Pero ¡cuidado! No a todo el mundo le gusta que se le acerquen demasiado a la oreja. Así que déjalo a la primera señal de rechazo.
El masaje erótico es el primer preámbulo para una apasionada relación sexual, así que empieza en la cabeza y continua con otros preliminares...
2. Masajes eróticos en la espalda
Es el momento de practicar el conocido como masaje californiano. Tu pareja se tumba boca abajo y tú te sitúas a la altura de su cabeza, con las palmas de las manos en lo alto de su espalda. Desliza suavemente tus manos hasta llegar a sus nalgas, haciendo un pequeño estiramiento en dirección a sus pies. Presiona el contorno de sus nalgas y desliza tus manos por los costados, para después remontar hasta las axilas, antes de tirar ligeramente de los hombros hacia lo alto y volver a la posición de partida. Repite este movimiento aumentando la presión al mismo tiempo. No te olvides de sincronizar tus gestos con la respiración de tu pareja: asciende cuando inspire, desciende cuando expire.
Con este masaje conseguirás que se desvanezcan las tensiones musculares bajo los efectos de los movimientos envolventes. Otra ventaja reside en que este masaje reaviva la sensibilidad de la piel. ¡Tu chico será aún más receptivo a tus caricias!
El mejor momento para hacer un masaje erótico en la espalda es después de una dura jornada de trabajo, cuando se sienta muy estresado o cansado. ¡Relajación y despertar del deseo garantizados!
3. Masajes eróticos en el pecho
El "masajista" se sitúa a la derecha de su compañero, al nivel de sus caderas. Las manos han de estar sobre los pectorales o senos, envolviéndolos bien. A continuación, procede a hacer 3 movimientos circulares: en el sentido de las agujas de un reloj para el seno derecho, en el sentido contrario para el izquierdo y, sin dejar de realizar estos círculos, acerca y aleja los senos. Después, desliza tus dedos desde el pezón hasta el exterior del seno y amasa delicadamente la piel variando la presión. Para terminar de una forma más erótica, sírvete de tu boca y no dudes en besar directamente su pecho.
El pecho y el vientre están entre las partes más sensibles del cuerpo, debido a que la piel alrededor de la clavícula es muy fina, por lo que es muy receptiva a las caricias. Por otra parte, tanto para la mujer como para el hombre, el pecho es una zona erógena secundaria que, una vez acariciada, entraña la excitación de las zonas primarias (órganos sexuales).
El mejor momento para realizar este tipo de masaje es aquel en el que sientas que tu libido está a media asta. 30 minutos de masaje sensual en el pecho deberían bastar para despertar a los fogosos amantes que habitan en vosotros. ¿Por qué no usar una pluma o un pincel para acariciar el pecho de tu pareja? Estos instrumentos aéreos le harán estremecer de placer.
Además, debes de tener en cuenta que, bien estimulados, los senos pueden incluso hacerte llegar al orgasmo. El 24% de las mujeres encuestadas declaran que pueden llegar al orgasmo con solo acariciarles el pecho. Y, en cualquier caso, es una gran forma de comenzar una relación sexual. Después de este masaje seguro que vienen unas cuantas de estas posturas sexuales.
4. Masajes eróticos en los brazos
Siéntate al lado de tu chico, coge su mano izquierda y pon la derecha sobre su palma, con los dedos en dirección a su hombro. Remonta suavemente desde su muñeca hacia el codo, antes de descender de nuevo por el brazo. Repítelo dos veces. A continuación, pon las dos manos paralelas sobre sus antebrazos y asciende hasta el hombro ejerciendo una presión uniforme. Vuelve a descender relajando la presión. Repite este gesto varias veces. Para terminar, pon su mano derecha entre las tuyas y masajea su palma con tus pulgares para después deslizar tu dedo índice entre sus dedos. Haz lo mismo con el brazo derecho.
¿Por qué es tan bueno este masaje erótico? Muchas veces lo olvidamos, pero el brazo alberga numerosas zonas erógenas, sobre todo en los codos (en el pliegue interior), los puños y las manos. Rara vez acariciamos estas partes del cuerpo, particularmente sensibles a los masajes. Compruébalo tú misma: un buen masaje en esas zonas procurarán a tu pareja una intensa sensación de placer.
El mejor momento para hacer masajes eróticos en los brazos es cuando sientas que la rutina invade tu pareja y que los contactos físicos diarios son cada vez menos frecuentes. El masaje de brazos os hará descubrir las manos y los hombros del otro y pondrá de relieve ciertas zonas del cuerpo que normalmente tenéis olvidadas, reservadas a los simples gestos banales de la vida cotidiana. Para hacer el masaje más picante, pasa tu lengua entre sus dedos y bésale cuando llegues a la punta.
Debes de tener en cuenta que, debido a su significado simbólico (protegen y miman), el masaje erótico en manos y brazos refuerza los sentimientos en el seno de la pareja, os une más.
5. Masajes eróticos en las nalgas
Tu pareja se tumba boca abajo y tú te sientas justo debajo de su trasero, a horcajadas. Pon las palmas de la mano sobre sus nalgas y masajéalas con movimientos circulares cada vez más amplios. Acentúa la presión. Ve después a la nalga derecha; pon tus manos sobre ella y, con la ayuda de tus pulgares, forma un "rollo" con la piel y remóntalo hasta el coxis. Alterna nalga derecha con izquierda.
¿Por qué es tan bueno este masaje erótico? Porque, tanto para el hombre como para la mujer, ésta es una zona de un carácter altamente erótico. Además, en el caso de los hombres, los puntos de estimulación que excitan la próstata y la producción de testosterona se sitúan alrededor del coxis, cerca del ano.
El mejor momento para hacer masajes eróticos en las nalgas es cuando sientas la suficiente confianza con tu pareja como para dejarle mirar y masajear tus nalgas a plena luz. ¡A evitar en las primeras citas!
Otra opción que puedes probar es ¡cambiar de herramienta! En lugar de las manos, pon tus brazos sobre sus nalgas y realiza movimientos circulares, del exterior hacia el interior. ¿Resultado? Caricias más amplias y una presión más intensa. Si las caricias ligeras con la punta de los dedos bastan para estimular los muslos y las nalgas, cuando éstos están más musculados, es mejor aplicarles un vigoroso masaje.Y, si sientes curiosidad, elimina tabúes y prueba con el annilingus, una práctica cada vez más habitual y altamente placentera.
Masajear esta zona es el preliminar perfecto para practicar sexo anal. El placer ayuda a dilatar el ano y, con ayuda de lubricante o saliva, conseguirás crear el ambiente perfecto para esta práctica tan erótica como convencional. Si buscas una mayor relajación, existen en el mercado lubricantes que ayudan a relajar y dilatar la zona.
6. Masajes eróticos en los pies
Tu pareja se tumba de espaldas, con un cojín pequeño bajo las rodillas. Siéntate a la altura de sus pies, ponte aceite de oliva en las palmas de las manos y caliéntalo frotándolas. Coge su pie izquierdo con las dos manos y realiza movimientos circulares con el pulgar sobre los tobillos, en el sentido de las agujas del reloj. Haz lo mismo con el pie derecho. Después pon los tres primeros dedos de tu mano sobre el tobillo externo y dibuja cinco círculos lentamente, primero en un sentido, después en el otro y, por último, haz movimientos en forma de ocho. Continúa variando la presión y la amplitud de los movimientos.
¿Por qué es tan bueno hacer masajes eróticos en los pies? Porque los pies son zonas potencialmente erógenas y comprenden 4 puntos de estimulación sexual, relacionados con los órganos genitales. Un masaje en los pies relaja y excita al mismo tiempo: ¡el doble de ventajas!
Puedes preparar tú misma el aceite de masaje para los pies mezclando 50 ml de aceite de almendras dulces con 6 gotas de aceite de madera de sándalo. Obtendrás un perfume sensual y amaderado, perfectamente adaptado para esta parte del cuerpo.
¿Conoces la reflexología? Esta terapia manual trata los órganos del cuerpo a distancia, a través de la presión en ciertos puntos de los pies. Además de su dimensión erótica, el masaje de pies puede aportar beneficios en caso de estrés, ansiedad, dolores de cabeza, gases... ¿Por qué negarse tal placer?
Consejos para hacer un masaje erótico a tu pareja
- Comer ligero antes del masaje. No hay mejor momento para probar un menú light y 100% afrodisíaco a base de ostras, fresas y champagne.
- Aclimatar correctamente la habitación. La temperatura ideal: 25 grados. Ha de ser un ambiente cálido para que los músculos se relajen y el cuerpo disfrute plenamente del masaje. ¡Ten en cuenta que estaréis desnudos!
- Favorecer una atmósfera Zen: atenúa las luces y desconecta el teléfono para que no os molesten. Una música suave y relajante de fondo creará el ambiente adecuado. También puedes vaporizar en el ambiente aceites esenciales para que el aroma sea agradable: 3 gotitas de aceite de azahar relajarán tensiones.
- Crear un lugar cómodo: Pon cojines blanditos sobre la cama, el sofá o el suelo, utiliza mantas suaves y calentitas o toallas gruesas, agradables para la piel.
- Invertir en aceite de masaje. Elige los que sean algo fluidos y grasos para que las manos se deslicen bien por la piel. Evita el aceite de parafina, que es químico y decántate por un aceite vegetal biológico. En cuanto al olor, la decisión es tuya: almendra dulce, macadamia, sésamo, albaricoque...
- Quitarse las joyas y cortarse las uñas, para evitar arañar a la pareja.
- Atender a las sensaciones del otro: varía la presión en función de sus reacciones. Lo puedes sentir en su respiración.
- Cambiar la técnica: rozar, "amasar", pellizcar, masajear, presionar... Y, sobre todo, evita cicatrices y várices.
- Compartir: El masaje erótico es, ante todo, un intercambio de papeles y, por tanto, sensaciones.
- Dejar volar la imaginación: No tienes por qué seguir al pie de la letra las técnicas que te proponemos. Alterna tus caricias con besos y mimos, ¡solo tú sabes lo que más le gusta a tu chico! ¿Te has planteado en alguna ocasión recurrir a los juguetes eróticos?
Por Elvira Saez