El condón es el método anticonceptivo elegido por el de las parejas. Aunque no es el más eficaz en la prevención del embarazo (un 82% en su uso típico frente al 91% de la píldora que es el segundo método más utilizado), es el único junto al preservativo femenino, que nos protege de las enfermedades de transmisión sexual. A pesar de ello, algunas personas siguen teniendo reticencias en su uso, asegurando que disminuye la calidad de las relaciones. ¿Qué tiene esto de cierto?
Que el preservativo reduce el placer es algo que escucharemos muchas veces. En realidad no se puede discutir a alguien que te dice que siente menos si se pone un preservativo, yo no soy quién para decirle que eso no es cierto. Lo que ocurre es que aquí tiene mucho que ver la teoría de que lo que sabemos sobre una experiencia influye en la manera que nos vamos a enfrentar a ella. Y es que si siempre nos han dicho que una capa de látex va a limitar nuestro placer, es raro que vayamos preparados para lo contrario.
Pero los estudios demuestran que, con los ojos vendados, no nos es tan sencillo diferenciar entre una caricia piel con piel y una hecha a través de un preservativo. Un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine y realizado en la Universidad de Indiana, contaba con 1875 participantes que registraron sus relaciones sexuales en un diario teniendo en cuenta variables como sus practicas sexuales, valoración de la relación, estado fisiológico y psicológico…pero siempre utilizando preservativo. La conclusión fue que se daba más importancia al resto de las variables en que una relación sexual fuera más o menos placentera que al uso del preservativo en sí.
Ya hemos visto que el preservativo no tiene una influencia notable en la percepción de la sensibilidad, pero algunos hombres notan que cuando usan este anticonceptivo su erección es más débil o la pierden con más facilidad. Lo achacan a la sensibilidad pero esa no es la razón.
Un factor importante en la pérdida de erección es la auto observación. El hombre, normalmente después de una experiencia previa, está pendiente del estado de su pene, incluso dejando de recibir estímulos eróticos puesto que no les presta atención y aumentando su ansiedad. Esto suelen hacerlo justo antes de penetrar porque es cuando consideran que es imprescindible una erección total. Cuando se usa preservativo adelantan la auto observación al momento de colocarlo y además dura más tiempo que en la penetración, esto se traduce en mayor ansiedad y más tiempo sin estímulos eróticos así que es más probable que se pierda la erección.
No es el preservativo el que dificulta la erección, sino la autoobservación que se produce en el momento de colocarlo si ya ha habido pérdida de erección en otra ocasión.
El preservativo no reduce la sensibilidad de forma objetiva. Aunque hay algunos que están hechos precisamente para eso y vienen cubiertos de una sustancia con propiedades anestésicas (lidocaína o benzocaína). Estos lo indican claramente, se suelen llamar “retardantes” o algo parecido.
Pero el resto de los preservativos no tiene porqué reducir la sensibilidad y, por tanto, no debería notarse diferencia en cuanto al momento de la eyaculación.
Por Marta Ibáñez Sainz-Pardo